Qué bien viene de vez en cuando dejarte ver por las distintas salas de concierto cercanas para que te deleiten con buena música y hacerte olvidar por un momento los problemas cotidianos de este mundo que cada vez apesta más.
Ayer, tenía intención de ir a la sala Bukowski de Egia (SS) para ver en directo por primera vez a Tachenko, uno de esos grupos que has escuchado algo, y por referencias de lo que lees en revistas y sus apariciones en cantidad de festivales, presupones interesante, aún sin haber seguido su trayectoria musical. En definitiva uno de esos grupos que te da la espina de que va a valer la pena.
A punto estuve de no ir, al ver como el día se truncó con la entrada de una galerna, una más, que no tenía buena pinta. Pero bueno, hacia las 20:00, cuando me libré de mis tareas, observé que el viento había amainado un poco y que la lluvia era escasa, asi que decidí ir. Y ahí me planté, en el Bukowski, para las 20:20, con cierta inquietud porque no había comprado la entrada y no sabía si habría alguna para mi. Iluso, me llamará alguno, quizás con razón, conociendo a la parroquia donostiarra y siendo jueves... Allí no había ni cuatro gatos, quizás era demasiado pronto aunque el concierto estaba anunciado para las 20:00. Como me conocía el percal, compré la entrada y me fui a comer un pintxo con una cerveza en el Bar Estrella. Y cuando volví, "aiba si ya ha empezado", dije. Entré y noté algo extraño, o la cerveza me había afectado demasiado o esos que tocaban sobre el mini escenario no eran Tachenko. Efectivamente era lo segundo. Y es que, tres de los miembros de Tachenko, el bajo, el teclado y el bateria, han formado otro grupo y aprovecharon la visita a Donostia para darse a conocer. Como ya habían empezado para cuando llegué no me quedé con su nombre. Pero bueno, tengo que decir que sonaba decente.
Después de media hora, llegaba la hora de Tachenko, y como estaba todo preparado en 10 minutos comenzó el concierto. Las 21:10 en mi reloj, y es cuando descubrí por qué se llama Tachenko este grupo. Y es que Sergio Vinadé, guitarra y voz, tiene un gran parecido físico con el mítico jugador de baloncesto de la unión soviética de los 80, que fue conocido por su gran estatura (2,21m) y su profuso bigote.
Comenzaron algo titubeantes y con algunos desajustes de sonido, y es que no es fácil calibrar tanta guitarra en un mini escenario como el del Bukowski. Había canciones en las que había cuatro guitarras, dos eléctricas, un bajo y una española. Y de repente empezó todo a cambiar. El punto de inflexión fue cuando tocaron La resistencia de su anterior disco y comenzaron a encadenar las canciones de su nuevo disco, El amor, las mayorias. Momento en el que el concierto empezó a subir de intensidad, los problemas de sonido se subsanaron y todo empezó a fluir. Grandes melodías poperas con mucho guitarreo que hicieron las delicias del algo más de medio centenar que se acercaron a ver a los maños.
A mi me gustaron bastante, y creo que al público en general también. Grandes Tachenko! tendré que seguir haciendo caso ami intuición de posibles buenos conciertos, hasta ahora me está sirviendo para conocer a muy buenos grupos.
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